Artes Gráficas Comunigraf

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Actitud de cambio

en las empresas gráficas

Fotografía de personas en conferencia

Por: Prof. Carlos Alvarado Aceves

Los comentarios y análisis de este artículo están basados en experiencias acumuladas a lo largo de más de 40 años de estar en esta magnífica industria, experiencias que me han permitido ver el gran crecimiento y liderazgo que han adoptado algunas empresas y, por otro lado, la desaparición de algunas otras. Compañías impresoras que en ambos casos, han tenido en sus manos todo lo necesario para encumbrarse y donde la única diferencia entre las unas y las otras ha sido simple y llanamente la ACTITUD DE CAMBIO tanto en los empresarios, como en los trabajadores a todos los niveles.


La industria gráfica en México
Una industria en constante desarrollo en los aspectos técnicos y de equipamiento.


Una industria en donde el conocimiento se fue generando de forma empírica y pasó de generación en generación, con deficiencias, incompleto y con múltiples vicios.


Una industria en la que el personal ha crecido con una mentalidad derrotista la mayor parte de las veces, y con la firme convicción en otras, de estar siendo explotados por los empresarios.


Una industria, en la que el personal de administración ve a los operarios, casi siempre, como los mugrosos de allá abajo.


Una industria en la que los empresarios, en su gran mayoría, no asumen el reto ante los cambios tecnológicos, desatienden el ejemplo de quienes ostentan el liderazgo en el medio y se centran en vender sus impresos, sin ver más allá, a futuro, donde están las verdaderas oportunidades.


Una industria en la que los empleados, casi en su totalidad, no se esfuerzan por aprender, por mejorar, por rendir más y, ante la avalancha de los cambios tecnológicos, comienzan a quedar a la zaga de los que sí van cambiando y terminan por no progresar, culpando siempre de ese rezago, a los empresarios.


Las costumbres y malos hábitos en el desarrollo y accionar de una empresa:
El conocimiento adquirido por los primeros impresores y adoptado por quienes fueron creciendo a la sombra de ellos, dio como resultado la producción de impresos con no muy buena calidad, lo que obligaba a las empresas a entregar productos y servicios trampa que no fueran detectados por los clientes.


El aprendizaje empírico de los primeros prensistas trajo consigo la solución de problemas de impresión en orden a cumplir con los trabajos, lo que, a su vez, permitió que algunos se sintieran con los conocimientos de un químico universitario y agregaran a sus insumos productos que sólo restaban propiedades a los mismos.


El viejo adagio hay se va, que también se pasó de generación en generación, llevó al conformismo de quienes producían impresos, llegando incluso a la aceptación casi de forma automática por parte de los clientes, quienes no teniendo otra alternativa terminaban quedándose con trabajos que no cumplían, ni remotamente con los principios básicos de calidad.


La negación obcecada de los viejos maestros impresores a enseñar a los aprendices porque, en caso de haberlo hecho, ello implicaba el que les pudieran quitar la chamba, además, si al viejo maestro nadie le había enseñado y se había tenido que rascar con sus propias uñas, por qué habría él de hacer las cosas de manera diferente?.


La desatención y desinterés mostrados en muchos de los casos por los jefes inmediatos, quienes no se preocupan demasiado por sus sub-alternos, los que se sienten olvidados y tan sólo utilizados por su superior inmediato, ya que, éste sólo se preocupa porque la chamba salga bien y a tiempo.


La añeja costumbre de buscar los insumos más baratos a fin de ahorrar y poder vender a más bajo precio.


La falta de especialización en algún producto determinado. Y la falta de control de calidad en el proceso.


El afán, siempre mostrado, por no tratar de trabajar un poco más de lo que yo creo que me están pagando, lo que trae como resultado el que las empresas pierdan utilidades y con ello, mejores oportunidades de crecimiento y actualización.


La desatención a un elemento de primordial importancia: TRABAJO EN EQUIPO. Aspecto que se traduce en una rivalidad mal entendida, en el deterioro de las relaciones laborales, la enemistad entre los compañeros de trabajo, quienes debiendo jalar hacia el mismo lado, lo hacen en direcciones contrarias, lo que trae consigo la baja productividad y mala calidad de los trabajos.


* Las grillas
* Las envidias
* El San Lunes
* La marrullería
* El desamor por el trabajo
* La falta de cariño por nuestra profesión
* El conformismo
* La mediocridad
* La falta de criterio
* La falta de educación y sentido común
* La idea de sólo cumplir por cumplir.


Las grillas que, en términos generales, se traducen en chismes, rumores, difamaciones, deterioro de las relaciones y, lo peor de todo, el freno al desarrollo de las personas y, por ende, de las empresas. El buen jefe no debe prestar oídos a este tipo de cosas, debe, por fuerza, escuchar ambos juicios y partes antes de tomar una decisión.


Las envidias traen, casi siempre de forma automática, el descontento en quien las tiene y el descontento en aquéllos a quienes les son transmitidas. El jefe que se precie de ser un líder deberá ir eliminado a los elementos a quienes les encantan este tipo de argumentos, recordar que una manzana podrida echará a perder a todas.


La marrullería es el resultado de la amargura y la irresponsabilidad, y esto solamente genera incompetencia en las empresas las que, a los ojos de los clientes se convierten en compañías no confiables, siendo que no es la empresa la que falla, sino los empleados marrulleros. El jefe deberá tener los ojos bien abiertos para premiar a los elementos que siempre cumplen y para frenar, de forma justa, a aquéllos que sólo fingen que cumplen.


La mediocridad viene de hacer las cosas a medias; el que medio que se levanta, medio que va a trabajar, medio que llega temprano, medio que trabaja, termina por caer en ese mundo de ME-DIO-CRIDAD. Y los mediocres en ningún lado son aceptados ni bien recibidos.


El desamor por el trabajo casualmente se produce entre los que lo tienen, los que carecen de él darían media vida por tenerlo; ya que los primeros creen que andar en las esquinas vendiendo es mejor que estar de planta en una empresa, pero los segundos saben que es mejor precisamente lo segundo.


Cuando el jefe note desapego de algún subalterno por su trabajo, deberá acercarse a él y tratar de saber qué le pasa, a fin de orientarlo y hacerlo que ame su trabajo, si no lo logra, deberá ver la forma de cambiarlo de área, o si no hay otro remedio, quitarlo del camino, SIEMPRE CON JUSTICIA.


La falta de cariño por nuestra profesión es un mal que debe, por fuerza, ser eliminado. Si a alguien no le gusta lo que hace, QUE SE CAMBIE DE JALE; si no se puede cambiar, hacerle entender que aunque no le guste, lo tiene que hacer y para ello le quedan dos opciones, o lo sufre o lo disfruta, SI LO DISFRUTA, le irá infinitamente mejor.


El conformismo hace que el ser humano no busque la superación, y que use frases como: Para qué?, No vale la pena intentarlo, Yo no puedo hacerlo, Eso es para los cultos, Yo pa qué estudio si soy un burro. Por lo tanto hay que tirar ese conformismo al cesto de la basura. Y, una vez que lo hayamos tirado, decidirnos a lograr lo que queramos, ya que, no hay cosa humanamente posible de lograr que no pueda ser realizada siempre y cuando el ser humano se proponga llevarla a cabo con todas sus fuerzas y plena convicción.


Aquí el jefe juega un papel de suma importancia, debe ser el guía para que la gente no sea conformista, debe motivar a que aprendan y se superen, es una labor similar a la que hacemos en casa con nuestros hijos. Los empleados subalternos siempre buscarán en el jefe un apoyo paterno. Si el supervisor ha sabido ser un buen guía y apoyo, tendrá siempre excelente respuesta de sus empleados, caso contrario, bueno... es como pedirle peras al olmo.


La educación es algo que se genera desde el seno familiar y se complementa en la escuela y, si bien es cierto que por razones de tradición, económicas o simple y sencillamente de pereza, hay algunas personas que no han tenido ni lo uno ni lo otro, también lo es el que el sentido común puede, con las reservas del caso, suplir a la primera.


Para ello, es menester desarrollar ese sentido común, lo que se logra, aplicando un buen criterio para tomar las decisiones correctas y actuar de manera positiva en la vida, lo cual se alcanza en base a la experiencia. Si llenamos nuestra vida de experiencias positivas, el sentido común será excelente, en caso contrario, simplemente careceremos de él.


La experiencia nos titula a todos, un jefe con experiencia y sin carrera universitaria tendrá mejores resultados que un universitario recién salido de la carrera, éste último, obviamente, alcanzará su desarrollo y madurez más rápido que aquél, pero en el proceso de aprendizaje deberá ser humilde y asimilar lo que el primero ya lleva andado.


La idea de cumplir sólo por cumplir es el lema de los seres amorales y sin principios: Haces como que me pagas... hago como que trabajo... Si me pagas más verás que rindo más.


hay que entregarse en cuerpo y alma y con toda pasión a tu trabajo. No hagas solamente tu trabajo; haz tu trabajo y un poco más, pues ese poco más te dará más que todo tu trabajo. (A. Dey).


El subalterno buscará en su jefe, igual que los hijos, el ejemplo, y el resultado de sus accionar será positivo o negativo, en función a como sea el ejemplo que su jefe dé.


RESULTADO FINAL:
* Descontento en los clientes
* Búsqueda de nuevas opciones de proveedores de impresos
* Aparición de más y más competencia en el medio
* Guerra de precios, encarnizada y cruel
* La quiebra de muchas empresas
* Incertidumbre y desempleo


Culpa del gobierno? Culpa de todos, ya que cada uno de nosotros aportamos nuestro granito de arena para que las cosas vayan bien, regular o definitivamente mal, aspecto que a todos por igual atañe y que afecta o beneficia por igual en todas las etapas de nuestras vidas. Nuestro accionar incide, para bien o para mal, en nuestra persona, en nuestro hogar, en nuestra empresa y en nuestra patria.


Culpa del gobierno? en parte sí...
Culpa del empresario? en parte sí...
Culpa de los jefes? en parte sí...
Culpa de los empleados? en parte sí...

Cada quién en la parte que le corresponde.


Es que si el gobierno hiciera...
Es que si mi patrón me diera...
Es que si mi jefe me entendiera...
Es que si mi cónyuge me...
Es que si me sacara el melate...


Y todo esto, amigos míos, es no tomar responsabilidad. Yo haré, aunque los demás no lo hagan. Eso es tomar responsabilidad, sin importar lo demás


La relación laboral:
Es un hecho el que pasamos más tiempo en el trabajo que en el hogar y, sin embargo, hay veces que peleamos más y nos amargamos más con quienes más tiempo convivimos.


Mire, pos no había pensado... sólo que sea por eso!


Qué lindo halago... Me caes mal porque convivo mucho contigo, no por el hecho de que seas tú.


Del empresario hacia abajo el trato debe ser humano, los empleados no son sólo máquinas o un número en la tarjeta del checador, son seres que al igual que todos los humanos piensan, sienten, que tienen problemas y desaveniencias.


Bueno, yo como empresario también pienso, siento y tengo problemas...


Claro, pero quién consuela al padre de familia, sus hijos? NO, su consorte!



COMENTARIOS

Jaime González
Muy buen articulo, muchas gracias


Rodrigo Acosta
aunque nos cueste reconocerlo, pero asi estamos


Bernabé Sánchez
Donde trabajo hay dos o tres marrulleros, voy a pasarle este articulo al jefe para que ponga remedio con ellos


Santos López
Bueno a mi me gusta jugar el melate, eso me hace irresponsable?



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